jueves, 10 de julio de 2008

El primer satori

Satori es ver la eternidad.

La eternidad es lo ausente.

Lo ausente es el presente.

El presente ausente.

El presente ausente de mirar a ella vio la eternidad.

La eternidad en ella, pero no un instante, sino de modo constante.

Constante es la eternidad presente. Es tu vientre, contenido de lunas infinitas.

Tu vientre, entrando en ti, en meditación.

Meditación qué es oración.

Y el universo estalla en infinitas realidades que se muestran todas como una realidad unica y constante y ausente de presente.

Eso es lo increible...

En ti, todo es presente ausente y, fuera de ti, todo es ausente de presente.

Por eso, necesito imaginar pasados y futuros paea dar una continuidad a la vida.

En zen a ese instante contagiado de poesia lo llamamos satori.

Satori es el vislumbre de la eternidad infinita de un tiempo sin pasado ni futuro. Lo mismo que siento a tu lado y es imposible alejado.

Ibas al coche y el niño acompañaba y el tiempo se detenia...

Hay una historia de Narciso reflejado pero, lo que nadie entendia es que era el lago el que conocia que era lago cuando el se miraba, inclinaba y veia.

Y la accion de ver era la consciencia del lago que en elos ojos de el se reconocia.

Ese es el mejor ejemplo de satori.

Alcanzar el vacio fue zen en estado puro.

Ver mi camino fue conocerte. Y tu mirada fue la mirada de reconocerme.

El guru se quito la ilusion de la ilusion que contenia la mirada de ver en si viendo a los demas.

Esto quiere decir que el, a si, ya no le importaba.

Por tanto no conocia.

Por tanto, no se reconocia.

Mirar en tu mirada suponia que yo mirara a traves de lo que tu veias y eso, me llevo a volver la mirada a quien te miraba y se desconocia.

...no le busques sentido, no lo tiene.

miguel mochales, maestro zen

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